jueves, 21 de noviembre de 2013

Barcelona, el "must visit" por excelencia

Llevaba años queriendo volver a visitar Barcelona, ya que la única que vez que había estado fue cuando con 16 años te marchas de viaje de estudios con el colegio. Pero sólo fue un día en el que solamente tuvimos la oportunidad de conocer el barrio judío, las Ramblas y la zona del Maremagnum y el Acuario. Y me supo a tan poco, que lo había apuntado en mis viajes pendientes. 
Desde entonces, por una cosa o por otra, nunca encontraba un buen momento para ir o siempre se nos ocurría algún otro sitio que en ese momento nos apeteciera más visitar. Pero la pasada Semana Santa, aprovechando que teníamos 5 días libres, nos animamos a acercarnos a la que sin duda alguna es una de las ciudades "must visit" por excelencia. 

Sin duda alguna, fueron unas vacaciones cortas, pero intensas, conociendo prácticamente toda la ciudad tanto en metro, como en coche y, como no, pateando mucho. 

DÍA 1 - Llegada

Nada más llegar, localizamos el hotel, muy bien situado en una de las calles de al lado de la Razzmatazz (se llamaba Hotel Apsis Porta Marina) y con una boca de metro situada a 5 minutos a pie con el que te podrás plantar en mitad de la Plaza Catalunya en 3 paradas. Al ir en coche, necesitábamos saber dónde aparcaríamos el vehículo durante nuestra estancia y antes de decidirnos por cualquier hotel, necesitábamos saber si en sus inmediaciones había zona de aparcamiento gratuíto. Es otra de las razones por las que nos decantamos por este hotel barato, con encanto y cercano al centro. Pues bien, una vez localizado el hotel y haber dejado el equipaje, nos cogimos el metro y nos acercamos a Plaza Catalunya con deseos de empezar a conocer cada rincón de la ciudad condal. 

Paseamos por las Ramblas, visitamos el Mercado de La Boquería y callejeamos por la zona de la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Y es que en esta última zona estaba el Sushi Ya (fuimos al de la calle Quintana nº 4), el restaurante japonés que nos recomendaron visitar. 100% recomendable, sobre todo la ensalada de algas verdes que está realmente bueno. 


Como una vez que salimos del restaurante necesitábamos bajar un poco la cena, nos dirigimos hacia la zona del puerto y la playa. A pesar de ser ya Semana Santa, hacía una temperatura agradable para dar un largo paseo por la playa y poco a poco, nos fuimos alejando del centro, pero a la vez, acercándonos hacia la zona del hotel. Para cuando llegamos al hotel, muchos grupitos de chavales se iban concentrando por la zona del Razzmatazz. Creimos que con el ambiente que había en la calle no íbamos a poder pegar ojo, pero nada de eso.


DÍA 2 - Park Güell - La Sagrada Familia - Casa Milá- Casa Batlló - Villa Olímpica

El segundo día amaneció muy soleado y eso hizo que nuestras ganas de salir a conocer cada rincón de Barcelona fuesen en aumento. La primera parada la fijamos en el Park Güell ya que sabíamos que cuanto más pronto fuésemos menos visitantes habría. Siempre he tenido ilusión de conocer este parque que me parece una maravilla. 
Ya se iba acercando el mediodía y teníamos que buscar algún lugar donde comer. Decidimos bajar andando por la zona del Carmel y aparecimos en las inmediaciones de la Sagrada Familia, otro de los puntos que teníamos previsto visitar ese día. Por fin pude ver con mis propios ojos lo impresionante que es la catedral  ya que la primera vez que lo vi, si mal no recuerdo, desde el autobús y sin tener tiempo a parar para admirar su grandeza. 
Hicimos una parada para comer, antes de reanudar la marcha hacia la zona donde están las Casas Milá, Batlló y Amatller,
Eran ya cerca de las 5 de la tarde y teníamos las piernas cansadas de tanto patear por las calles. Así que, como estábamos bastante cerca del hotel, cogimos el metro y fuimos a buscar el coche, porque una cosa es que estuviésemos cansados de andar, pero otra cosa que no quisiésemos seguir disfrutando de todas las cosas que nos ofrece esta ciudad. Tras un vistazo al mapa y a los sitios que habíamos anotado como imprescindibles para visitar, decidimos acercarnos a la Villa Olímpica. Y fue un acierto, ya que está bastante alejado de lo que es el centro y hay que subir a la montaña de Montjuic.
Justo en la parte de abajo del Estadio Olímpico Lluís Companys está el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, más conocido como el MACBA. Y desde ahí tuvimos la oportunidad de ver en acción la Fuente Mágica de Montjuic, con su música y sus luces.

Desde ahí, aprovechando que el Camp Nou nos quedaba cerca, paramos un momento a verlo, pero estaba ya todo cerrado, serían ya cerca de las 21:00. Como estábamos con el coche, nos acercamos a la zona del puerto, al Maremagnum y cenamos allí mismo, terminando el día con la visita al Monumento de Colón y a la Torre Agbar, ésta última muy cerca del hotel. 



DÍA 3 - Tibidabo - Ciutadella - Aquarium - Catedral de Santa María del Mar

Este día remoloneamos un poco más ya que estábamos cansados del día anterior, pero en cuanto desayunamos toda la pereza desapareció y nos animamos a subir al Tibidabo a conocer el parque de atracciones. No me esperaba un Port Aventura ni nada por el estilo, pero he de decir que estaba muchísimo más abandonado de lo que me esperaba. Más de la mitad de atracciones estaban cerradas y encima, para empañar más la visita, hacía un viento desagradable. 




























Aún así disfrutamos como enanos tirándonos por los toboganes y dando un paseo admirando las vistas de la ciudad. A la tarde habíamos planeado acercarnos al Parque de la Ciutadella para tomar un poco de aire fresco y disfrutar de los rincones que nos ofrece este espacio verde en mitad de la ciudad. Tras dejar el coche en el hotel y hacer un parón para comer algo, nos fuimos hacia el parque. Nuestra primera intención era visitar el Zoo, pero cerraban a las 18:00 y no teníamos ni dos horas para la visita. 
Así que decidimos pasear un rato y acercarnos a la zona del puerto. Pero no nos queríamos quedar sin ver animales ese día, así que decidimos visitar el acuario. En mi anterior estancia en Barcelona, me acuerdo que me gustó mucho y como no podía ser de otra forma, esta vez también disfruté un montón. 
Una vez que salimos del Aquarium, nos acercamos al barrio del Borne, donde entre otras cosas pudimos conocer la que es conocida como "La Catedral del Mar" (o la Basílica de Santa María del Mar), famosa por el libro de nombre homónimo escrita por Carlos Ruiz Zafón. 
Y para rematar la noche, cenamos en un bar-restaurante cercano al hotel, donde servían hamburguesas, bocadillos, platos combinados, raciones... Nos emocionamos tanto con la tan extensa carta que nos pasamos a la hora de pedir. Y digo yo: el camarero ya nos podría haber dicho algo al ver que pedíamos tanto para dos personas. Pero lo disfrutamos tanto que no nos importó tanto dejar tantas sobras. 
Llegó el momento de descansar tras meternos esta panzada entre pecho y espalda y nos marchamos a la habitación. 


DÍA 4 - Montserrat - Sitges

Nuestro penúltimo día de vacaciones nos despertamos con ganas de coger el coche y salir a conocer un poco las afueras de Barcelona. Mirando un poco en las distintas guías, nos convenció la zona del Montserrat y en menos de una hora nos plantamos en la parte baja de la montaña. Pero nuestro gozo en un pozo, cuanto más ascendíamos, el ritmo se iba convirtiendo en más lento como consecuencia de la caravana que se iba formando por delante. Hubo momentazos de parones en mitad de la carretera, sin poder dar marcha atrás ni avanzar. Después de casi dos horas de caravana, por fin llegamos arriba, donde tras dar más vueltas, conseguimos aparcar. Aunque mereció la pena, solo por tener la oportunidad de disfrutar de las vistas. El santuario y monasterio del Montserrat se erigía entre las montañas rocosas haciendo que la estampa sea preciosa.

A pesar de que nuestra primera intención era comer algo allí, cuando vimos los precios desorbitados que te cobraban por un bocadillo de chorizo envuelto en papel film, tuvimos claro que mejor comer en cualquier restaurante que encontrásemos de camino a Sitges, próxima parada. No muy lejos de allí, econtramos un restaurante de carretera donde comimos de lujo y a buen precio teniendo en cuenta lo que comimos. 
Con las fuerzas ya repuestas, cogimos el coche y nos acercamos a Sitges buscando el descanso en una terracita. A pesar de ser principios de abril, la temperatura era muy agradable, soleado y con bastante calor. Dimos un paseo por el pueblo y aprovechamos para tomar unas cervezas bien frescas que entraban como agua con el día que hacía. 


Pero se nos iba echando la tarde encima y llegaba el momento de volver a Barcelona para poder aprovechar la última noche en la ciudad. Como el primer día nos gustó mucho el restaurante japonés al que fuimos (el "Susi Ya"), optamos por ir al otro restaurante que estaba también por la zona (en la calle Cometa nº 3). ¡Craso error! Estaba como más dejado y los platos que nos sirvieron fueron bastante escasos en cuanto a calidad. Nada que ver con aquella ensalada de algas verdes y el sushi. Creo recordar que de primero era una sopa bastante sosa y de segundo algo de carne con verduras. Tampoco es que me disgustara del todo y el precio estaba muy bien, ya que se trataba de un menú del día que serían como unos 10 € por persona. Pero si yo tuviera que recomendar alguna de entre las dos, sin duda alguna sería el del primer día (el de la calle Quintana). 


DÍA 5 - Despedida y vuelta a casa

¡Y llegó el último día! ¡Qué rápido pasan los días cuando se está agusto! ¡Qué pereza da tener que volver a la rutiina tan de golpe! Pero era lo que había. Me llevaba los buenos ratos vividos y todos los lugares que habíamos conocido. A la vuelta, paramos a comer a mitad de camino y nada más entrar en Álava, el tiempo se fastidió y nos comimos una gran tormenta. Y es que parecía que nos acercábamos a Mordor, y más después de comparar con los días soleados que habíamos tenido. 


Un nuevo viaje que guardo en la memoria y plasmo en este diario de viajes. Y es que, a pesar de ser largos y puedan resultar hasta cansinos, a mi me gusta dejar por escrito las actividades que realizo y los distintos lugares que he conocido en cada viaje, para por si algún día me piden consejo, hacerles una pequeña guía partiendo de la base de lo que más nos gustó en su momento.

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