jueves, 29 de enero de 2015

"Trilogía del Baztán" de Dolores Redondo

Si hay un libro (o varios en este caso) que me hayan enganchado en los últimos tiempos son los que tan famosa han hecho a su autora, Dolores Redondo. Están ambientados en el valle del Baztán, más concretamente en la localidad navarra de Elizondo, y narran la historia de diferentes asesinatos y crímenes que van sucediendo en las inmediaciones, todos ellos en circunstancias un tanto extrañas. La inspectora de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, es la que está al mando de las investigaciones de cada caso, quien después de muchos años viviendo fuera, tiene que volver a su pueblo natal casi a regañadientes. Y es que le unen a él miedos y recuerdos negativos de su infancia que hacen que se le haga difícil la vuelta. Junto con su equipo, pone en marcha diferentes investigaciones para esclarecer los casos de cada libro. 

No voy a hacer un resumen de cada volumen de la trilogía ya que todos los libros están relacionados entre sí y no quiero caer en el error de publicar algún que otro spoiler. Sólo voy a comentar que en todos los casos de asesinatos que van dándose, terminan adentrándose en historias relacionadas con magia, seres mitológicos y leyendas ancestrales vasco-navarras. Y que las historias van más allá de la trama policial, ya que también es muy importante la historia personal y familiar de la protagonista, quien vive situaciones que la hacen llegar casi al límite. 

Las dos primeras ("El guardián invisible" y "Legado en los huesos") se publicaron en el 2013 y aunque al principio no me llamaban mucho la atención, una compañera de trabajo (con la que intercambio títulos de libros que nos han gustado) me la recomendó y más tarde, mi madre me comentó que ella había empezado a leer el primero y que le había enganchado. Así que en cuanto terminé el libro que estaba leyendo en esos momentos, yo también me puse a ello. Y les doy gracias por habérmelo recomendado y es que no solo me enganchó, fue algo que hacía tiempo que no me pasaba, no podía parar de leer y en poco tiempo me ventilé los dos libros. La espera hasta que ha salido la última parte de la trilogía ("Ofrenda a la tormenta") ha sido larga, y es que hasta noviembre del 2014 no vio la luz.

Ahora que he terminado de leer las tres, me quedado con un poco de mal sabor de boca. Y no digo que la historia en sí no me haya gustado, porque como bien he dicho antes, ha sido capaz de mantenerme muy enganchada en todo momento. Pero durante los 3 libros se abren tantos frentes, que considero que en el último volumen hay cosas que se dejan en el tintero. Es verdad que la historia principal comienza en la primera parte y termina en la última, y lo hace de forma más o menos clara, aunque un poco precipitada para mi gusto: la historia de uno de los personajes principales termina de forma que no se entiende muy bien, algunos giros son bastante previsibles, hay historias que quedan inacabadas...
El río Baztán, a su paso por Elizondo (Navarra)
(Septiembre de 2014)
Por último, si me preguntaran si la recomendaría a lectores que van en busca de historias frescas, intrigantes y que enganchen, mi respuesta sin duda alguna sería que sí, la recomendaría al 100% con sus grandes pros y sus menos contras. Eso sí, recomiendo tener un poco al día las historias de los primeros dos libros antes de empezar a leer esta tercera, ya que al estar todos unidos, hay partes en las que si no te acuerdas muy bien sobre qué se habla, puedes llegar a perderte. 


miércoles, 28 de enero de 2015

Viaje de novios (parte II)

Bueno, pues aquí estoy para hacer un breve resumen de la segunda parte de nuestro viaje de novios. Breve porque, como bien dije en el post anterior, Punta Cana es para descansar y pasar unas vacaciones relajadas. Y es que después de las pateadas que nos pegábamos en Nueva York y el estrés preboda, lo mejor es tomarse un break de este tipo. 

De hecho, el viaje lo planificamos con ese propósito: la primera semana queríamos aprovecharla para patear y conocer sitios, los máximos posibles teniendo en cuenta el poco tiempo que teníamos para visitar un sitio tan grande y variado como Nueva York; y para la segunda semana queríamos sol, playa, mar, piscina, cócteles... cualquier cosa que estuviese ligado al relax y el desestrés. Y eso es lo que hicimos básicamente. 

El trayecto entre Nueva York y la República Dominicana duró unas 4 horas y nada más llegar al aeropuerto de Punta Cana, una decena de mozos de carga esperaban para rápidamente cogernos las maletas y acercárnoslas a la furgoneta que nos acercaría a cada uno de los hoteles. Pero eso tenía truco: una vez llegabas a la furgoneta se te quedaban mirando para que les dieses algo de propina (cosa que nosotros no hicimos). Sintiéndolo mucho, ya nos pareció suficiente timo que tuviésemos que pagar tanto como para entrar en el país (10$) como para salir (20$), cosa que aún, a día de hoy, se me hace incomprensible. ¿El impuesto de entrada y salida en el país no debería estar ya incluido en el coste del vuelo? En fin...

El resort que nosotros elegimos era el Grand Palladium Punta Cana Resort & Spa, un complejo dividido en 3 hoteles ubicado en la Playa Bávaro (justo donde se juntan el Mar Caribe y el Océano Atlántico). Nada más llegar, me gustó el detalle de bienvenida que nos dejaron en la habitación: una banda que rodeaba la puerta donde se leía "Recién casados", una fuente con fruta y un cisne hecho con toallas al lado del jacuzzi. 


Nuestros días se basaban en desayuno, playa o piscina, comida, mini siesta, piscina, cena y discoteca. Personalmente, me dediqué a probar cada uno de los cócteles que servían en el resort, y he de decir que aunque nos pasábamos todo el día entre cervezas y combinados, el calor hacía que no se nos subiese a la cabeza. 

En cuanto a la comida, había cinco restaurantes buffet que es donde íbamos a la hora de la comida. Cada día intentábamos probar cada una de ellas, hasta que nos dimos cuenta que el menú era bastante parecido en muchos de ellos. Para las cenas, había 8 restaurantes a la carta en los cuales aunque no era necesario hacer reserva, sí que se recomendaba ir pronto ya que se llenaban muy rápido y más de una noche nos tuvimos que marchar sin poder cenar en el lugar elegido.  Cada uno tenía una temática que iban desde japonés a brasileño, pasando por comida mexicana, mediterránea e italiana. Había hasta uno de comida española que se llamaba "Tapeo". 


Y después de las cenas, nos íbamos a la discoteca donde cada día organizaban fiestas temáticas y los animadores amenizaban las noches mediante sus bailes y juegos. 


Durante nuestra estancia en el resort, teníamos la oportunidad de ir contratando paquetes de excursiones para poder practicar snorkel, nadar con tiburones y mantas rayas, hacer una fiesta en un barco... Y así lo hicimos. Nuestra excursión empezaba con una ruta en quad de cerca de dos horas donde nos lo pasamos como enanos. Hicimos una parada en mitad del recorrido para bañarnos en mitad de la selva. 


La excursión siguió con un paseo en barco desde donde pudimos ver los hoteles más exclusivos y las mansiones más grandes, entre las que estaban las del cantante Julio Iglesias y el diseñador de moda Oscar de la Renta. Fue un paseo muy agradable sobre aguas cristalinas que nos llevó a una playa donde nos sirvieron la comida. Tras llenar el buche y pegarnos un buen chapuzón, cogimos nuevamente el catamarán para ir volviendo poco a poco al final del recorrido, pero no sin antes parar en un banco de arena en mitad del mar para tomarnos un par de tragos mientras disfrutamos de la calidez del agua del mar. 

Fue una semana que en parte se hizo larga porque todos los días nos parecían iguales, pero que sin duda alguna mereció la pena ya que nos permitió volver con las pilas cargadas. 

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Ahora que he terminado con el resumen del viaje de novios al completo, me doy cuenta de lo mucho que echo de menos esos días en los que no teníamos que preocuparnos más que por nosotros. Y me da una envidia... Ahora, entre la maternidad que no es que la esté llevando muy bien (ya hablaré de esto más adelante), el trabajo, el piso aún sin amueblar... paso los días preocupándome por esto y por lo otro, y me doy cuenta de que no estoy disfrutando tanto como quisiera de mi nueva vida. 

Peeeeeroooo.... como bien dice uno de mis propósitos de año nuevo, voy a intentar ser más positiva y apartar de mi lado lo malo y dejar que lo bueno se imponga ante todo (algo que últimamente se me está haciendo un poco difícil...). Con paciencia y determinación, se puede conseguir todo. 

martes, 27 de enero de 2015

Viaje de novios (parte I)

Como bien dije en el post anterior, el pasado julio me casé y fue un día maravilloso. Ya no solo por el hecho de que era nuestro gran día, sino porque la mayoría de los invitados nos felicitaron por la elección del restaurante (el Eneperi, en Bakio, Bizkaia) y nos dieron las gracias por haberles hecho pasar un día estupendo. Año y medio pensando en ese día tan especial y organizando cada detalle, y lo rápido que pasa... Es lo que más penita me dio, pero todavía quedaba otra parte muy importante de la boda: EL VIAJE DE NOVIOS!!!

Nuestra primera idea era la de recorrer Argentina ya que desde niña he tenido especial predilección por ese país. Pero lo que nos echó para atrás fue que en esa época del año comenzaba el invierno y que queréis que os diga, pero ir de a pasar frío en pleno julio durante más de 2 semanas no nos hacía especial ilusión. Por lo que decidimos cambiar de destino y optamos por coger uno de los paquetes turísticos que tan famosos se han hecho en los últimos años e ir a visitar New York y Punta Cana

¡Qué os voy a contar de Nueva York que no sepáis! Es alucinante, espectacular... Nada más llegar al hotel (el Yotel) y plantarnos en 5 minutos en Times Square, no podíamos parar de mirar hacia arriba, hacia los montones de paneles luminosos que abundan en la zona y a los altísimos rascacielos por los que es famosa la ciudad. 

DÍAS 1 y 2 - Conociendo el Alto y Bajo Manhattan

Para los primeros días contratamos unos paquetes de excursiones para ir haciéndonos con la ciudad y la primera de ellas fue la de recorrer en autobús el Alto y Bajo Manhattan viendo los sitios más característicos, por ejemplo...:
  Strawberry Fields Memorial                              Museo de Historia Natural                     Museo Solomon R. Guggenheim
               Empire State Building                                       Flatiron Building                                    One World Trade Center

El autobús nos dejo en Battery Park, muy cerquita de la Zona 0 donde estaban situadas las Torres Gemelas antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin dudarlo ni un segundo, fuimos directos hacia allí y nada más ver la zona, se nos pusieron los pelos de punta. En cada uno de los agujeros donde estaba cada una de las torres, habían escrito los nombres de las más de 3000 víctimas de los atentados.


Aprovechando que estábamos por la zona de Wall Street, vimos el edifico de la Bolsa, el Federal Hall, el Toro (al que hay que tocarle sus partes porque según dicen da buena suerte), el Museo Nacional de los Indios Americanos (dedicado a los pueblos indígenas de América) y pasear por la zona de Battery Park desde donde se podía ver la Estatua de la Libertad a lo lejos. 


El resto del día paseamos y también hicimos un alto en el hotel para descansar un rato, ya que de tanto andar teníamos los pies molidos. A la noche, como el resto de las noches, nos acercamos a la zona de Times Square donde es posible encontrar infinidad de sitios de comida.

DÍA 3 - Museo y tour nocturno por Manhattan

¿Quién no ha visto o le suena la película "Noche en el museo" protagonizada por Ben Stiller y Robin Williams? Esa en la que de repente empiezan a ocurrir cosas extrañas y personajes de diferentes culturas y animales de lo más variopintos cobran vida para hacer de las suyas y volver loco al pobre cuidador nocturno. Pues bien, ese museo es el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, el museo más impresionante en el que he estado nunca. Cuatro pisos por los que sí o sí tienes que ir con un mapa para poder guiarte ya que es muy fácil perderse. Aquí os dejo un plano del museo que si vais, podéis descargarlo para ir guiándoos.


Lo ideal es dedicarle toda una mañana, desde primera hora, para luego al mediodía, ir a comer algo al Central Park ya que está justo delante y aprovechar para descansar un rato. Nosotros decidimos marcharnos al hotel después de comer; queríamos descansar un poco antes de la excursión que habíamos reservado para la tarde-noche.

La primera parada de dicha excursión fue el Ferry de Staten Island donde cogimos el barco gratuito que une Manhattan con la isla de Staten y pudimos disfrutar del atardecer mientras cruzábamos el río Hudson. Las vistas eran espectaculares, tanto a la ida, que sobre todo nos centramos en admirar la Estatua de la Libertad, como a la vuelta que pudimos tener una panorámica nocturna de lo más bonita de todo Manhattan, con sus característicos rascacielos iluminados.


Más tarde, y ya montados en el autobús, nos acercamos a las inmediaciones del puente de Brooklyn donde pudimos disfrutar de sus vistas. Y seguimos la visita por las calles de la gran manzana, viendo algunos de los edificios más famosos como son el edifico Chrysler y el Empire State Building, donde tuvimos la oportunidad de subir hasta el piso 86 donde se sitúa una de las plataformas de observación de la torre. ¡Las vistas eran espectaculares...!


Aquí es donde terminó la excursión y después del largo día donde apenas tuvimos tiempo para descansar, fuimos hacia el hotel en busca de algún sitio para cenar.

DÍA 4 - Contrastes de Nueva York y Puente de Brooklyn

Este día nos tocaba la tercera excursión, y he de decir que fue la que más nos gustó por lo completa que fue y los barrios que tuvimos la oportunidad de visitar: Harlem, Bronx, Queens, Brooklyn y Chinatown. El recorrido empezó al norte de Manhattan, en Harlem, y desde el autobús pudimos ver la zona donde se reúne la cultura afroamericana por excelencia. Después nos acercamos al Bronx y paramos frente al Estadio de los Yankees para poder sacarnos un par de fotos. Ya en el autobús, pasamos por los puntos más conflictivos de la zona y pudimos parar 5 minutos frente a uno de los graffitis más famosos de los que abundan en la zona, la del rapero Big Pun. No pudimos estar mucho rato, ya que la zona era bastante peligrosa.


Dejando atrás el Bronx, nos fuimos hacia Queens, el distrito más grande y donde reina la multiculturalidad: latinos, judíos, indios, europeos... conviven en zonas totalmente diferenciadas las unas de las otras. Como el hambre apretaba y ya era mediodía, aprovechamos para hacer una parada en el restaurante colombiano "Cositas Ricas", famosa por sus arepas y por estar siempre hasta los topes (según la hora en la que vas, es posible que haya una larga cola por delante). Por suerte, cuando fuimos nosotros, en menos de 10 minutos ya nos habían atendido y pudimos llenar el buche antes de seguir la ruta hacia Flushing Meadows, donde se rodó "Men in Black"y donde están ubicados el Estadio de los Mets y el Estadio Nacional de Tenis.


Un poco más adelante, y tras cruzar el cementerio más grande y antiguo de Estados Unidos, llegamos al barrio judío de Williamsburg, donde es evidente el cambio de zona, cultura, religión y estilo de vida respecto a todo lo anteriormente visto. Nunca había visto en persona a un judío ortodoxo y verlos en grupos y conocer algunas costumbres suyas me resulto muy interesante (como que las mujeres solteras conservan su cabello mientras que las ya casadas llevan peluca). Y por último, el autobús nos dejó muy cerca del famoso Puente de Brooklyn que no dudamos en cruzarlo para poder acabar la excursión en Chinatown. 


Aunque la idea era comer algo en Chinatown (nos encanta la comida asiática), el olor que se respiraba paseando por entre los puestos de comida de la zona, nos echó para atrás y preferimos acercarnos a la zona del hotel y comernos unos perritos calientes en uno de los puestos que abundan por la zona. El calor y el cansancio hicieron que cayésemos rendidos y nos echamos una buena siesta antes de salir a dar otro paseo a la tarde, pero esta vez quedándonos por la zona del Times Square. Como al mediodía nos quedamos con las ganas de comer un menú asiático, decidimos cenar en un tailandés de la zona y fue un auténtico acierto ya que el menú estuvo muy bien en cuanto a calidad y a precio se refiere. 
DÍA 5 - Visita a un portaaviones y paseo por Central Park

En la primera excursión, mientras íbamos en autobús, el guía nos comentó que muy cerca de donde estaba nuestro hotel, se encontraba el portaaviones USS Intrepid, construido durante la Segunda Guerra Mundial, y convertido hoy en día en un museo dedicado al mar, al aire y al espacio. Se encuentra en el río Hudson, en el muelle 86, y con la entrada que cuesta 24$ por persona (algo más de 21€) a parte del portaaviones en sí, también se pueden visitar el submarino Growler, el concorde de la British Airways y la réplica del transbordador espacial Enterprise.


Nada más entrar, en la enorme cubierta, hay más de 20 aviones y helicópteros de diferentes épocas. Y un poco más adelante, se encuentra el concorde a donde no tuvimos la oportunidad de entrar.


Una vez que se entra al hangar, está el museo en sí, donde se pueden ver tanto objetos originales como réplicas de materiales utilizados y paneles y vídeos donde se muestra la historia del barco.


Para finalizar la visita, pudimos entrar en el submarino Growler (¡no apto para claustrofóbicos!) donde pudimos recorrer cada una de las salas: la cocina, los baños, las habitaciones, las salas de torpedos, las de guiado de misiles, las salas de máquinas...


Para cuando salimos, ya era casi mediodía y como no teníamos organizado nada más para ese día, decidimos acercarnos a la zona de Central Park, coger algo de comida en los supermercados tipo buffet y sentarnos a la sombra de los árboles para disfrutar del tentempié. Descansamos un rato y volvimos a ponernos en marcha, esta vez quedándonos en el mismo parque, y es que aunque casi estaba terminando nuestra estancia en la ciudad, aún no habíamos tenido la oportunidad de adentrarnos en él. Mapa en mano (y es que sino es fácil perderse), marcamos los puntos que queríamos conocer, como eran el monumento en homenaje a Alicia en el País de las Maravillas, el estanque de las tortugas, la Fuente Bethesda, los grandes lagos... Kilómetros y kilómetros llenos de encanto nos esperaban por delante; lamentablemente, nos cansamos antes de tiempo y decidimos acercarnos a la zona del hotel, no sin antes hacer una parada en la Grand Central Terminal, famosa  por su gran reloj y por salir en numerosas películas conocidas. También, cerca de allí, pudimos ver el edificio Chrysler.


Después de un descanso de un par de horas, volvimos a salir a dar una vuelta y esta vez nos acercamos a la zona de la Quinta Avenida, donde abundan las tiendas más lujosas de la ciudad y donde también pudimos ver el Rockefeller Center y la tienda más moderna de Apple.


DÍA 6 - Paseo por el High Line, Chelsea Market, Soho y Lincoln Center

En principio, teníamos la idea de reservar este día para ir de compras a algunos de los outlets famosos de la zona, como son Woodbury Common o Jersey Gardens, pero como tampoco somos muy de marcas, consideramos que no merecía la pena "perder" un día en ello y pospusimos nuestro momento de shopping y decidimos ir a dar un paseo. La primera parada fue el High Line, un parque construido en las alturas, sobre una antigua línea de ferrocarril que, aunque a día de hoy aún no está terminado, en los últimos años se ha convertido en punto de reunión para muchos grupos ya que permite dar un paseo tranquilo al aire libre, organizar clases de pilates, de astronomía... o simplemente, sentarse a leer un libro.

Nada más terminar uno de los tres tramos de los que consta el recorrido (el único que está terminado a día de hoy), aparecimos muy cerca del Mercado de Chelsea (en la 9th Av con la 15th St), una antigua fábrica donde se hacían las galletas Oreo que tras ser remodelado, se convirtió en un edificio de oficinas, tiendas y restaurantes de lo más pintoresco.


Muy cerca, se encuentran los barrios de Tribeca, Soho y Nolita por donde paseamos antes de acercarnos a la zona del Lincoln Center para las Artes Escénicas. Es aquí donde se ubican la Metropolitan Opera, el Ballet y la Opera de Nueva York, la Orquesta Filarmónica, la Escuela  de Baile Juilliard... Como llegaba la hora de comer y el Gray's Papaya, famoso por sus hot dog, estaba justo al lado, hicimos allí una parada y probamos los perritos antes de volver al hotel.


La tarde la dedicamos sobre todo a comprar algo de ropa, pasear por Battery Park para ver por última vez la Estatua de la Libertad al atardecer, y no podía faltar la última visita a la zona del Times Square, donde como la mayoría de las noches cenamos algo antes de retirarnos al hotel. Y es que al día siguiente, comenzaba la segunda parte del viaje de novios...

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Si me preguntasen, ¿volverías a Nueva York?, mi respuesta sería clara y rotunda: SÍ, y mil veces SÍ. Nos encantó y se nos hizo muy corto. Y es que dejamos muchos lugares sin visitar, muchas excursiones sin hacer... Por ejemplo, nos hubiese encantado acercarnos a Washington, pero estaba a 4 horas y decidimos sobre la marcha que no podíamos gastar un día en la excursión. La visita que sabíamos que no íbamos a hacer desde el principio era la de las Cataratas del Niagara porque, a parte de estar muy lejos de Nueva York (a 650 km), había que reservarlo por adelantado, coger un avión y hacer noche allí. Era demasiado. Pero quién sabe, puede que algún día volvamos por esos lares... (soñar es gratis... :p).

En un par de días, publicaré la segunda parte del viaje de novios, aunque no será tan extensa y es que Punta Cana es para lo que es, para descansar y pasar unos días en el paraíso. 

jueves, 22 de enero de 2015

Propósitos para el 2015

"¡Año nuevo, vida nueva!". Y nunca mejor dicho... Y es que se podría decir que desde la segunda mitad del 2014 mi vida ha dado un giro de 180 grados: me he casado con mi chico con el que llevaba desde el 2005, tras 3 años de convivencia, por fin nos hemos comprado nuestra propia casa (aún en proceso de amueblado) y.... en cinco meses seremos una más en la familia. ¡Soy más feliz que una perdiz!

Aunque no todo ha sido bueno en estos últimos 6 meses, ya que hace 3 meses perdí a una persona muy importante en mi vida, mi abuelo, aquel con el que me crié, el que me contaba cuentos antes de dormir la siesta, el que nos contaba año tras año el mismo chiste y aún así nos hacía reir, aquel que me contaba sus aventuras de cuando era marinero, aquel que me sentaba en su regazo y cantaba siempre la misma canción haciendo que subiera y bajara al ritmo de la misma como si estuviera en una atracción de feria... Solo de pensar en todo esto se me pone la carne de gallina. 

Por otra parte, yo venía a hablar de los propósitos de año nuevo que casi todos solemos hacernos nada más terminar el anterior. Yo nunca he sido de apuntarlos en una lista para luego ir tachando a medida que se vayan cumpliendo. Pero este año, al ser tan especial para mi y los de mi alrededor, decidí que de ahora en adelante lo iba a convertir en tradición. Sé que este post llega un poco tarde, ya ha pasado más de medio mes de enero, pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. 

Aquí van Mis propósitos del 2015:

- Mantener el blog al día: después de más de un año de silencio, esta vez vengo con más fuerza que nunca. Por circunstancias de salud, tengo mucho tiempo libre, en el que no puedo hacer gran cosa (tengo que hacer reposo) y los minutos pasan como si fuesen horas, me aburro mucho, vivo en una monotonía constante... Así que he decidido que las horas muertas que paso metida en la cama, las voy aprovechar para hacer una de las cosas que más me gustan: escribir.

- Aprender a ser más feliz y positiva: últimamente tengo la sensación de que me embajono por cualquier cosa. Sé que mucha culpa la tienen las hormonas, pero también mi perspectiva negativa ante muchas cosas. Es por ello por lo que he decidido intentar cambiar mi forma de ver la vida, sobre todo ahora que veo que todas las cosas por las que había soñado siempre se están convirtiendo en realidad. 

- Cuidarme más: y no me refiero solo en cuanto a salud (que últimamente me está dando bastante por saco a causa del lumbago y la ciática que llevan acompañándome casi desde el principio del embarazo), sino también en cuanto a aspecto físico. Nunca he sido de prepararme, vestir a la moda, maquillarme... Al contrario, me gusta la comodidad y cuanto más natural pueda ir, mejor. Pero eso no quiere decir que por ello tenga que descuidarme. Ahora mismo no es buen momento para hacer dieta, pero espero que después del embarazo vuelva a los buenos hábitos que tenía antes de la boda, gracias a los que conseguí quitarme cerca de 10 kilos. 

- Aprender a ser una buena madre: lo sé, eso está en la experiencia, y ningún libro ni foro te puede enseñar al 100% a conseguirlo. De momento faltan 5 meses para que nuestra chiquitina llegue y leo mucho sobre maternidad y memorizo (más bien apunto) muchos de los consejos que dan los especialistas o algunas blogueras que ya han sido madres. Son muchos los miedos que surgen a lo largo del embarazo y es normal. Todos estos miedos se podrían englobar en una única pregunta: "¿Sabré ser una buena madre?". Tiempo al tiempo y gracias a la experiencia, todo se consigue. Además, si tienes al lado a una persona que te quiere y te apoya en todo momento, todo es más fácil. Y ya si sabes que será todo un padrazo, más todavía. 


- Cuidar de las relaciones con los míos: viviendo a más de media hora de familia y amigas, es normal que no pueda estar con ell@s tanto como me gustaría. Además, el horario de trabajo tampoco me permite disfrutar tanto del tiempo libre. Pero siempre que puedo, intento visitar a los que más quiero. Sé que ahora, con la excusa de la chiquitina, las visitas serán más frecuentes así que pienso aprovecharlas al máximo. 

- Realizar cursos y mejorar mi inglés: en el último año me he hecho una docena de cursos de diferente temática para ir rellenando currículum y para mantener la mente despierta. Por la web, hay infinidad de páginas con cursos gratuitos y sino, a muy buen precio. Siempre es buen momento para aprender nuevas cosas y estando en casa sin poder hacer nada, otra buena forma de aprovechar el tiempo (a parte de dedicándoselo al blog) es desarrollar la mente mediante estos cursos. También tengo ganas de retomar mis estudios de inglés, pero eso va a ser un poco más complicado, ya que mi problema es la parte oral y no es tan fácil practicarla sin tener a alguien que te pueda ayudar a corregir errores. Pero seguro que encontraré alguna forma. 

De momento, el propósito de dedicarle más tiempo al blog lo estoy cumpliendo. Y es que tengo varios posts en mente que no tardarán en salir del horno... 

¿Y vosotr@s que propósitos tenéis este nuevo año que recién hemos estrenado? 

viernes, 16 de enero de 2015

To be continued...

Hace mucho, pero muchísimo tiempo que no dejo volar mi imaginación y escribo algún post. Estos días en los que he tenido mucho tiempo para pensar (y mucho más tiempo que tendré de ahora en adelante...), he tomado la decisión de retomar lo que tanto me gustaba... Muy pronto volveré con cositas nuevas...